América Latina no se parece al orden de su utopía sino al caos de su historia. La sinfonía del ideal latinoamericano es un palimpsesto intercultural que se resiste a generalizaciones geopolíticas y sueños de homogeneidad. Cualquier aspiración que formule el ideario de los libertadores en metodologías uniformadoras está destinada a vagar suspendida entre el español, el quechua, el guaraní, el aymara y el náhuatl.
Cartografía decolonial reafirma y cuestiona esta diversidad desde la reformulación de nuestras composiciones independentistas. Este desorden es nuestro orden, nos niega como todo pero es el todo que somos: el uno múltiple como sustituto de la unidad, un anarchivo que mapea en marchas encabalgadas la armonía negociada desde la diferencia.
NOTA
Los himnos nacionales de América utilizan las pautas melódicas, ritmos e instrumentaciones de las marchas militares europeas.